Sigfrido | ||
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Familia | ||
Padres |
Sigmund Hjördís | |
Cónyuge | ||
Hijos | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Explorador, aventurero y matadragones | |
Información religiosa | ||
Venerado en | mitología nórdica | |
Sigfrido, proveniente de Sigurd (en nórdico antiguo:Sigurðr) o Siegfried (en alto alemán medio: Sîvrit), es un héroe legendario de la mitología germánica, que al matar a un dragón y bañarse con su sangre se volvió inmortal. Es posible que esté inspirado en una o varias figuras de la dinastía merovingia franca, de las que Sigeberto I es el más popular. La erudición más antigua a veces lo ha conectado con Arminio, vencedor de la Batalla del bosque de Teutoburgo. También puede tener un origen puramente mitológico.
La historia de Sigurd se atestigua por primera vez en una serie de esculturas, que incluyen runas de Suecia y cruces de piedra de Britania, que datan del siglo XI. Tanto en la tradición germana nórdica como continental, Sigurd es representado como moribundo como resultado de una disputa entre su esposa (Gudrun/Krimilda) y otra mujer, Brunilda, a quien ha engañado para casarse con el rey Gunnar/Gunther. La muerte de un dragón y la posesión del tesoro de los Nibelungos también es común en ambas tradiciones. En otros aspectos, sin embargo, las dos tradiciones parecen divergir.
Las obras más importantes para presentar a Sigurd/Sigfrido son Nibelungenlied, Saga Völsunga y Edda poética. También aparece en muchas otras obras de Alemania y Escandinavia, incluida una serie de baladas medievales y tempranas escandinavas modernas. Richard Wagner usó las leyendas sobre Sigurd/Siegfried en sus óperas Sigfrido y El ocaso de los dioses. Wagner se basó en gran medida en la tradición nórdica para crear su versión de Sigfrido. Su interpretación del héroe ha influido en muchas representaciones posteriores.
En los siglos XIX y XX, el personaje de Sigfrido se asoció fuertemente con el nacionalismo alemán. La Thidrekssaga termina la historia de Sigurd diciendo:
«Todo el mundo dijo que ningún hombre que ahora viva, que haya nacido o que nazca sea igual a él en fuerza, coraje y en todo tipo de cortesía, así como en la audacia y generosidad que tuvo sobre todos los hombres, y que su nombre nunca perecería en la lengua alemana, y lo mismo era cierto con los nórdicos».[1]