Simposio (Antigua Grecia)

Cílica de cerámica ática de figuras rojas (ca. 460-450 a. C.): representación de un muchacho copero sirviendo vino en un banquete; lleva un enócoe en la mano derecha; y en la izquierda, precisamente una cílica.
Tondo de una copa ática de cerámica de figuras rojas
del Pintor de Colmar; ca. 480 a. C., de Vulci,
y conservada en el Museo del Louvre.
Interior de una cílica ática de figuras rojas del Pintor de Brigos (Museo Británico): prostituta (hetera) joven danzando delante de un convidado que tiene un aulós. Hay una inscripción, en parte sobre la mano del simposiasta y en parte bajo ella, que reza así:«PILIPOS KALLISTO» («Filipo es el más guapo»).
Medallón de una copa de cerámica ática de figuras rojas (ca. 490-480 a. C.): joven que sujeta una cílica y se halla entre otros dos que en su lugar tienen esquifos.
Escena de simposio en un fresco en la Tumba del nadador de la colonia griega de Paestum, Magna Grecia, 480–470 a. C.
Esclavo atendiendo a un participante en un simposio que está vomitando.

El simposio (del griego clásico συμπόσιον, transliterado symposion o symposio;[1]​ de συμπίνειν, sympínein, "beber juntos"), que formaba parte de un banquete, era común entre los antiguos griegos. Se celebraban con alegría los banquetes con motivo de las fiestas familiares, las fiestas de la ciudad o cualquier otro acontecimiento digno de celebrarse: éxitos diversos, sobre todo en los concursos de los poetas o de los atletas, la llegada o la partida de un amigo.

Este rito era celebrado también por los fenicios y otros pueblos del mundo semítico noroccidental, que lo llamaban «marzeaḥ». El ugarítico, el hebreo, el fenicio, el púnico y el arameo tienen el término «marzeaḥ» para designar la celebración litúrgica de un banquete en el que se hace un sacrificio en honor de una divinidad.[2]

Los banquetes (simposia) hicieron surgir incluso un género literario, como demuestran, entre otros, El banquete de Platón y el de Jenofonte, y, mucho más tarde, las Charlas de mesa (Simposíaca) de Plutarco[3]​ y el Banquete de los eruditos (Deipnosofistas) de Ateneo.

El equivalente del simposio griego en la sociedad romana es la palabra latina convivium. Para Catón el Viejo, el convivium ("vida en común") reflejaba mejor unas intensas relaciones e interacciones sociales que el symposio griego ("beber juntos"), que solían desembocar en borracheras, sobre todo entre los jóvenes.[4]

  1. GARRIDO, Manuel (2013). «La filosofía platónica del amor». En Sacristán, Manuel; García Bacca, David, eds. Los diálogos eróticos: Banquete y Fedro (Manuel Sacristán y David García Bacca, trads.). Madrid: Tecnos. p. 13. ISBN 9788430958207. 
  2. GRAS, Michel; ROUILLARD, Pierre; TEIXIDOR, Javier (1991). El universo fenicio. Madrid: Mondadori. p. 117. ISBN 9788439717874. 
  3. Un ejemplo es Moralia, II, 13: Banquete de los siete sabios (Επτά σοφών συμπόσιον - Septem sapientium convivium).
  4. Harold W. Johnston (2010). La vida en la antigua Roma. Madrid: Alianza. p. 228. ISBN 978-84-206-4982-5.