El simposio (del griego clásico συμπόσιον, transliteradosymposion o symposio;[1] de συμπίνειν, sympínein, "beber juntos"), que formaba parte de un banquete, era común entre los antiguos griegos. Se celebraban con alegría los banquetes con motivo de las fiestas familiares, las fiestas de la ciudad o cualquier otro acontecimiento digno de celebrarse: éxitos diversos, sobre todo en los concursos de los poetas o de los atletas, la llegada o la partida de un amigo.
Este rito era celebrado también por los fenicios y otros pueblos del mundo semítico noroccidental, que lo llamaban «marzeaḥ». El ugarítico, el hebreo, el fenicio, el púnico y el arameo tienen el término «marzeaḥ» para designar la celebración litúrgica de un banquete en el que se hace un sacrificio en honor de una divinidad.[2]
El equivalente del simposio griego en la sociedad romana es la palabra latinaconvivium. Para Catón el Viejo, el convivium ("vida en común") reflejaba mejor unas intensas relaciones e interacciones sociales que el symposio griego ("beber juntos"), que solían desembocar en borracheras, sobre todo entre los jóvenes.[4]
↑GARRIDO, Manuel (2013). «La filosofía platónica del amor». En Sacristán, Manuel; García Bacca, David, eds. Los diálogos eróticos: Banquete y Fedro (Manuel Sacristán y David García Bacca, trads.). Madrid: Tecnos. p. 13. ISBN9788430958207.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)