Sistemas de Instalaciones de Telecomunicaciones, S.A., conocida como Sintel, fue una empresa española especializada en el montaje de sistemas de telefonía, fundada en 1975 como sociedad anónima subsidiaria al 100 % del grupo de empresas de Telefónica, entonces de gestión pública, y cuyas actividades llegaron a generar una facturación de 62 000 millones de pesetas anuales y a contar con una plantilla de cerca de 4 000 personas, con filiales que se extendían por España, América Latina, norte de África y Sudáfrica.
Dentro del contexto de la política de reformas económicas y de privatizaciones del sector industrial público español emprendida en los años 1990, fue vendida en 1996 a la empresa MasTec, una empresa privada participada por la familia Mas Canosa, una controvertida familia del exilio cubano y afincada en Miami. Esta polémica operación, fue seguida por un deterioro económico de la empresa cuyo origen, según los sindicatos, estaría en graves irregularidades por parte de los dueños y directivos así como en la actitud de la dirección de Telefónica. El incremento de la conflictividad laboral desembocó en la suspensión de la actividad de la empresa en la primavera del 2000, tras el impago de las nóminas mensuales y la presentación de un ERE afectando a cerca de 900 empleados. El proceso derivó en la quiebra de la compañía con un déficit de 59,3 millones de euros, lo que dejó a 1.788 acreedores pendientes de cobro.