En un mundo cada vez más industrializado, la demanda mundial de soluciones de infraestructuras sostenibles aumenta a velocidades vertiginosas, impulsadas por la necesidad de mitigar el cambio climático y garantizar la disponibilidad de recursos a largo plazo.[1]
En ecología, la sostenibilidad describe cómo los sistemas biológicos se mantienen productivos con el transcurso del tiempo. Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación de estos.
El desarrollo sustentable es sinónimo de sostenible y es un término acuñado desde el Informe Brundtland de 1987, redactado por la ONU, por la Doctora Gro Harlem Brundtland, y que se llamó originalmente "Nuestro Futuro Común". La frase que resume Desarrollo Sustentable o desarrollo sostenible, en el informe es el siguiente: Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades. Los tres pilares que se relacionan en el desarrollo sostenible son: la economía, el medio ambiente y la sociedad. La finalidad de su relación es que exista un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente[2]
Desde la perspectiva de la prosperidad humana y según el Informe Brundtland[3] de 1987, la sostenibilidad consiste en satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.
La sostenibilidad es un proceso socio-ecológico caracterizado por un comportamiento en busca de un ideal común.[4] Es un término ligado a la acción del ser humano en relación con su entorno, se refiere al equilibrio que existe en una especie basándose en su entorno y todos los factores o recursos que tiene para hacer posible el funcionamiento de todas sus partes, sin necesidad de dañar o sacrificar las capacidades de otro entorno.[5] Por otra parte, sostenibilidad en términos de objetivos, significa satisfacer las necesidades de las generaciones actuales, pero sin afectar la capacidad de las futuras, y en términos operacionales, promover el progreso económico y social respetando los ecosistemas naturales y la calidad del medio ambiente.[6]