Suicidio

Suicidio

Suicida, de Leonardo Alenza (h. 1837; Madrid, Museo del Romanticismo).
Especialidad Psiquiatría, psicología clínica y Asistencia social clínica
Inicio habitual 15 a 30 años y mayores de 70
Factores de riesgo Depresión, trastorno bipolar, autismo, esquizofrenia, trastornos de la personalidad, trastornos de ansiedad, alcoholismo y abuso de sustancias.
Prevención Limitación del acceso a los métodos de suicidio, tratamiento de los trastornos mentales y el abuso de sustancias, información cuidadosa de los medios de comunicación sobre el suicidio y mejora de las condiciones sociales y económicas.
Frecuencia 12 por cada 100.000 al año
Tasa de letalidad 793.000 / 1,5% de las muertes (2016)
Una mujer descubre a un hombre que se ha suicidado colgándose desde un balcón. Ilustración de José Guadalupe Posada (Museo Metropolitano de Arte, Nueva York).

El suicidio (del latín: suicidium)[a]​ es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada.[3]​ Por lo general es consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación derivado o atribuible a circunstancias vitales como las dificultades financieras, los problemas en las relaciones interpersonales, enfermedades dolorosas, soledad, circunstancias políticas adversas o el acoso psicológico.[4]​ Estas pueden llegar a dar forma a una patología psiquiátrica y ser catalogadas de trastornos mentales como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la personalidad,[5]​ el alcoholismo o el uso de drogas.[6]​ El indicador conocido más «importante» y factor de riesgo individual es el antecedente de un intento de suicidio no consumado.[7]

Los métodos de suicidio varían por país y están parcialmente relacionados con su disponibilidad. Los más comunes son el ahorcamiento, el envenenamiento con plaguicidas y la manipulación de armas de fuego. Esta fue la causa de muerte de 817 000 personas globalmente en 2016,[8]​ un aumento en comparación con las 712 000 muertes por esta razón en 1990.[9]​ Por lo anterior, el suicidio es la novena causa de muerte a nivel mundial,[6][10]​ elevándose a la segunda entre jóvenes de 10 a 29 años.[11]​ Es más común en hombres que en mujeres; los primeros tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de suicidarse que las últimas.[12][13][14]​ Se estima que cada año hay de diez a veinte millones de intentos de suicidio,[15]​ que cuando no son mortales pueden acarrear lesiones e incapacidades a largo plazo. Por su parte, los intentos no consumados son más comunes en hombres jóvenes y mujeres en general.[16]

Para prevenir el suicidio resulta efectivo abordar las causas y circunstancias a través de psicoterapia. Algunas medidas limitantes del momento inmediato y previo al acto suicida son limitar el acceso a los métodos –como armas de fuego, drogas y venenos–, o del abuso de sustancias. Se considera que una apropiada cobertura del tema por los medios de comunicación limita los intentos. Un abordaje dirigido hacia las raíces y causas del suicidio implica, entre otras vías, trabajar con la mejora de las condiciones económicas.[17][18]​ El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. Si bien la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica. Algunos factores de protección son las relaciones personales sólidas, las creencias religiosas o espirituales y las estrategias de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas.[19]​ Aunque son comunes las líneas telefónicas de ayuda, no hay evidencia sobre su efectividad.[20]​ En la actualidad, están en marcha varios estudios de lingüística computacional que trabajan con algoritmos para detectar patrones en el lenguaje de la persona que planea un suicidio.[21]

La visión del suicidio está influenciada por temas como la religión, el honor y el sentido de la vida. Tradicionalmente las religiones abrahámicas lo consideran un pecado, debido a su creencia en la santidad de la vida. Durante la era de los samuráis en Japón, el harakiri era respetado como una manera de resarcir un fracaso o como una forma de protesta. El ritual hinduista denominado satí, prohibido en el Raj británico, implicaba la inmolación de la viuda en la pira funeraria del marido recién fallecido, ya fuera voluntariamente o por presión de la familia o la sociedad.[22]

Aunque en diversos países el suicidio o su intento son considerados un delito, en la mayoría de las naciones occidentales no son punibles. Durante los siglos XX y XXI, el suicidio mediante inmolación fue utilizado en algunas ocasiones a manera de protesta, mientras que los ataques suicida, como el kamikaze, han sido empleados como una técnica militar y terrorista.[23]

  1. Real Academia Española. «suicidio». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 9 de febrero de 2017. 
  2. Real Academia Española. «-cidio». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 9 de febrero de 2017. 
  3. «Suicidio y comportamiento suicida». MedlinePlus (en inglés). Biblioteca Nacional de Medicina. Consultado el 19 de septiembre de 2015. 
  4. Bottino, Sara Mota Borges; Bottino, Cássio M. C.; Regina, Caroline Gomez; Correia, Aline Villa Lobo; Ribeiro, Wagner Silva; Bottino, Sara Mota Borges; Bottino, Cássio M. C.; Regina, Caroline Gomez et al. (2015-03). «Cyberbullying and adolescent mental health: systematic review». Cadernos de Saúde Pública (en inglés) 31 (3): 463-475. ISSN 0102-311X. doi:10.1590/0102-311x00036114. Consultado el 16 de febrero de 2020. 
  5. Paris, Joel (2002). «Chronic suicidality among patients with borderline personality disorder» (pdf). Psychiatric services (en inglés) 53 (6): 738-742. ISSN 1075-2730. PMID 12045312. doi:10.1176/appi.ps.53.6.738. Consultado el 17 de abril de 2015. . Consultado el 17 de abril de 2015
  6. a b Hawton, Keith; van Heeringen, Kees (2009). «Suicide». The Lancet (en inglés) 373 (9672): 1372-1381. PMID 19376453. doi:10.1016/S0140-6736(09)60372-X. 
  7. «Suicidio». who.int/. Organización Mundial de la Salud. 31 de enero de 2018. Consultado el 12 de julio de 2018. 
  8. GBD 2016 Causes of Death Collaborators (2017). «Global, regional, and national age-sex specific mortality for 264 causes of death, 1980–2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016». The Lancet 390 (10100): 1151-1210. PMC 5605883. PMID 28919116. doi:10.1016/S0140-6736(17)32152-9. Consultado el 12 de julio de 2018. . Consultado el 12 de julio de 2018
  9. GBD 2013 Mortality and Causes of Death Collaborators (2015). «Global, regional, and national age–sex specific all-cause and cause-specific mortality for 240 causes of death, 1990–2013: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2013» (pdf). The Lancet (en inglés) 385 (9963): 117-1171. PMID 25530442. doi:10.1016/S0140-6736(14)61682-2. Consultado el 17 de abril de 2015. . Consultado el 17 de abril de 2015
  10. Värnik, Peeter (2012). «Suicide in the World» (pdf). International Journal of Environmental Research and Public Health (en inglés) 9 (3): 760-771. PMC 3367275. PMID 22690161. doi:10.3390/ijerph9030760. Consultado el 17 de abril de 2015. . Consultado el 17 de abril de 2015
  11. «Suicidio». www.who.int. Consultado el 20 de febrero de 2019. 
  12. Powell, Jane (23 de enero de 2013). «Suicide is a gender issue that can no longer be ignored». The Guardian (en inglés). Consultado el 17 de abril de 2015. 
  13. Hodgekiss, Anna (19 de febrero de 2014). «Men are now Three times more likely to commit suicide than women - and is the recession to blame?». Daily Mail (en inglés). Consultado el 17 de abril de 2015. 
  14. Ríos, Pere (18 de octubre de 2010). «Los hombres se suicidan, las mujeres lo intentan». El País (en inglés). Consultado el 17 de abril de 2015. 
  15. Bertolote, José Manoel; Fleischmann, Alexandra (2002). «Suicide and psychiatric diagnosis: a worldwide perspective». World Psychiatry (en inglés) 1 (3): 181-185. PMC 1489848. PMID 16946849. Consultado el 17 de abril de 2015. 
  16. Palacios Delgado, Jorge Raúl; Sánchez Torres, Berenise; Andrade Palos, Patricia (2010). «Intento de suicidio y búsqueda de sensaciones en adolescentes». Revista Intercontinental de Psicología y Educación 12 (1): 53-75. Consultado el 17 de abril de 2015. 
  17. «Suicidio». www.who.int. Consultado el 16 de febrero de 2020. 
  18. «Un estudio apunta a que aumentar el salario mínimo 1 dólar puede prevenir miles de suicidios». Viento Sur. Consultado el 13 de mayo de 2020. 
  19. «Prevención del suicidio - OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud». www.paho.org. Consultado el 7 de marzo de 2024. 
  20. Sakinofsky, Isaac (2007-06). «The current evidence base for the clinical care of suicidal patients: strengths and weaknesses». Canadian Journal of Psychiatry. Revue Canadienne De Psychiatrie 52 (6 Suppl 1): 7S-20S. ISSN 0706-7437. PMID 17824349. Consultado el 16 de febrero de 2020. 
  21. Morató, Yolanda (2019-12). «Algoritmos para el suicidio». Jot Down (29). 
  22. «India wife dies on husband's pyre». BBC News (BBC). 22 de agosto de 2006. Consultado el 17 de abril de 2015. 
  23. Aggarwal, Neil (2009). «Rethinking suicide bombing». Crisis 30 (2): 94-97. PMID 19525169. doi:10.1027/0227-5910.30.2.94. 


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