Tartessos | ||
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Rostro tartésico de El Turuñuelo (Badajoz) | ||
Información histórica | ||
Periodo |
Edad del Bronce y Edad del Hierro Siglo XII a. C. a Siglo V a. C. | |
Información geográfica | ||
Área cultural | Andalucía Occidental, suroeste de Extremadura, suroeste de la península ibérica | |
Equivalencia actual |
España Portugal Gibraltar (territorio británico de ultramar) | |
Información antropológica | ||
Pueblos relacionados | ||
Idioma | Tartésico (hipótesis) | |
Asentamientos importantes | ||
Asta Regia (Jerez de la Frontera) Spal (Sevilla) Onoba (Huelva) Olissipo (Lisboa) Ossonoba (Faro) Conobaria (Las Cabezas de San Juan) Nabrissa (Lebrija) Mastia (Cartagena) | ||
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Área aproximada de extensión e influencia de la civilización tartésica.
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Tartessos (en griego antiguo: Τάρτησσος Tártēssos; en latín: Tartessus), Tarteso o Tartesia[1] es el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico, se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, y posteriormente en la provincia de Badajoz,[2][3] en el suroeste de la península ibérica durante el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Sus comienzos se dan hacia el siglo IX a. C., extendiéndose hasta el siglo V a. C. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego Betis (Guadalquivir). Sin embargo, hay autores que la sitúan en la confluencia de las bocas del Odiel con el Tinto (Huelva), puesto que bajo la propia ciudad onubense es sabido que se hallan sepultados importantes restos. También se ha situado el núcleo del país en torno al río Barbate (Porlan, 2015).
Tartesos influyó sobre las tierras del interior y el Algarve portugués. Los tartesios desarrollaron presumiblemente una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de egipcios y fenicios.
La primera fuente histórica que alude a Tartessos se halla en la obra de Hecateo, en el siglo VI a. C., quien fue considerado por los autores antiguos como un logógrafo, término que definía a los historiadores antes de los tiempos de Heródoto y Tucídides. Hecateo menciona varias ciudades tartésicas, mientras que Heródoto (la siguiente fuente relevante) habla del rey Argantonio (que se cree significaría El hombre o señor de la plata) que gobernó más de 100 años y de su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del siglo IV d. C., del escritor romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada Ora maritima, poema en el que se describen las costas mediterráneas, basándose en textos más antiguos (probablemente del siglo VI a. C.). De ella Avieno dijo que era un «periplo», es decir, un viaje de navegación costera realizado por un marino griego o cartaginés, en el que partiendo de las costas de Britannia o de Cornualles (Inglaterra) llegó hasta Massalia (actual Marsella). Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la península ibérica y cita entre otras a "la ciudad de Gadir, llamada antes Tarteso".[4] Éforo de Cime dijo que desde Cádiz a Tartessos había medio día de navegación.[5]
Su gentilicio es tartesio o tartésico.[1]