El tejido vascular es un tipo de tejido vegetal complejo, formado por varias clases de células y componentes, que se encuentra en las plantas vasculares. Los componentes primarios del tejido vascular son el xilema y el floema[1]. El xilema es una estructura que transporta, a través de la planta, agua y sales minerales disueltas. El floema transporta savia elaborada por las células y por fotosíntesis. También se hallan asociados al tejido vascular dos meristemas: el cámbium vascular y el felógeno. Todos los tejidos vasculares dentro de una planta constituyen el sistema de tejido vascular.
Las células del tejido vascular son usualmente largas y delgadas. Dado que el xilema y el floema actúan en el sistema de transportes de agua, minerales y nutrientes en la planta, no es de extrañar que su forma sea similar a la de caños o tubos. Las células individuales del floema están conectadas entre sí por los extremos, como si fueran secciones de un tubo. A medida que la planta crece, se diferencia en los extremos de crecimiento de la planta El tejido nuevo se alinea con el tejido vascular existente, manteniendo la conexión a través de la planta.[2] El tejido vascular se dispone en haces vasculares largos, que incluyen al xilema y floema como así también células de protección y estructura. En el tallo y las raíces, el xilema se encuentra más hacia el interior del tallo que el floema, que apunta hacia el exterior. En los tallos de dicotiledóneas Asteriidae, puede haber floema también hacia al interior.
Entre el xilema y el floema se halla un meristema denominado cámbium vascular. Este tejido divide a las células de tal modo que se convierten en xilema y floema adicional[3]. Este crecimiento incrementa más el diámetro de la planta que su longitud. Mientras el cámbium vascular produzca células nuevas, la planta continuará creciendo cada vez más firme. En los árboles y otras plantas que desarrollan madera, el cámbium vascular permite la expansión de tejido vascular que produce madera. Debido a que este crecimiento quiebra la epidermis del tallo, las plantas leñosas también poseen felógeno, que se desarrolla a lo largo del floema. Este felógeno da origen a células ensanchadas suberosas que protegen la superficie de la planta y disminuyen la pérdida de agua. Las producciones de madera y de súber son formas de crecimiento secundario.
En las hojas, los haces vasculares están ubicados a lo largo del mesófilo esponjoso. El xilema está orientado hacia la cara adaxial de la hoja (generalmente hacia arriba)[4]. Esta es la razón por la cual los áfidos se encuentran en la cara inferior de las hojas, dado que el floema transporta azúcares producidos por la planta y se encuentran más cerca a la superficie superior .