Totalitarismo invertido es un término acuñado por el filósofo político Sheldon Wolin[1] en 2003 para describir la forma emergente de gobierno de los Estados Unidos. Wolin analizó que Estados Unidos se está convirtiendo cada vez más en una democracia dirigida[2] (similar a una democracia iliberal). Utiliza el término "totalitarismo invertido" para llamar la atención sobre los aspectos totalitarios del sistema político estadounidense, haciendo hincapié en sus diferencias con el totalitarismo propio, como los regímenes nazi y estalinista. Definía el mismo también como la combinación de un cuerpo legislador débil, un aparato legal que es a la vez complaciente y represivo, un sistema de partidos en que cada uno de ellos, en el poder o en la oposición, se dedica a mantener el sistema existente para favorecer a una clase dominante integrada por los ricos y poderosos.[3]
En Days of Destruction, Days of Revolt (Días de Destrucción, Días de Revuelta) de Chris Hedges y Joe Sacco, el totalitarismo invertido se describe como un sistema donde las corporaciones han corrompido y subvertido la democracia y donde la economía triunfa sobre la política.[4][5][6][7] Cada recurso natural y ser vivo es mercantilizado y explotado hasta el punto de colapsar, a medida que la ciudadanía es arrullada y manipulada para rendir sus libertades y su participación en el gobierno a través del exceso de consumismo y sensacionalismo.