El cotrabajo,[1] trabajo cooperativo, trabajo compartido, trabajo en cooperación o trabajo en oficina integrada (del inglés coworking) es una forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores, y pymes de diferentes sectores, compartir un mismo espacio de trabajo, tanto físico como virtual, para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos. El neologismo «cotrabajo»[1] es la traducción al español del término coworking.[2] En este modelo las empresas se mueven de un lugar privado o exclusivo a uno compartido.
El cotrabajo permite compartir oficina y equipamientos, y constituye una propuesta más elaborada que por ejemplo los cibercafés, entornos en los que también se cuenta con conexión a internet.[3][4][5]
El trabajo cooperativo fomenta las relaciones estables entre profesionales de diferentes sectores que pueden desembocar en nuevas relaciones cliente-proveedor así como en intercambios y colaboración de tipo horizontal entre los propios cotrabajadores. En todo caso es frecuente que se genere un sentimiento de pertenencia a una comunidad, más allá de las vinculaciones efectivas que se establezcan entre los trabajadores que frecuentan los espacios de cotrabajo.[6]
Los centros de trabajo cooperativo destinados principalmente a profesionales de Internet, diseñadores, programadores, arquitectos, fotógrafos, escritores, periodistas, y profesionales de otras disciplinas, proporcionan generalmente un escritorio individual o a veces incluso una oficina de uso exclusivo o compartido, así como acceso a Internet, y otros variados servicios.[7]
Ligado a este concepto de permanencia dentro de un espacio de cotrabajo, el factor geográfico tiene un papel importante aunque no definitivo para la elección del espacio más apropiado. El ahorro de tiempo en transporte y su coste asociado, son beneficios que el cotrabajo acerca a los usuarios de la zona en la que se encuentra localizado su domicilio.[8]
Hasta el año 2013, las incubadoras de empresas y los centros de negocios no parecen encajar demasiado en el modelo de trabajo cooperativo, ya que a menudo no fomentan la vida social-laboral en colaboración, ni las prácticas de gestión cercanas a las de una cooperativa, incluida una atención especial a la comunidad.[9] Sin embargo, hoy las brechas han desaparecido y en Chile desde el año 2014 se favorece el trabajo de Start ups en coworks.
El trabajo cooperativo ofrece una solución para el problema de aislamiento que supone para muchos trabajadores independientes, o incluso microempresas, la experiencia del trabajo en casa. Al día de hoy, y después de un boom, los espacios de cotrabajo se están especializando, por ejemplo, particularmente enfocados a mujeres, orientados a la creatividad y a proyectos futuristas, enfocados a problemáticas vinculadas con la energía y el medio natural, etc.[10]