El Tratado de Almizra es un pacto de paz firmado el 26 de marzo de 1244 entre la Corona de Aragón y la Corona de Castilla que fijó los límites del reino de Valencia. Lo acordaron Jaime I de Aragón y el infante Alfonso de Castilla, que más tarde fue su yerno y futuro rey Alfonso X el Sabio. En el tratado se estipuló que las tierras al sur de la línea Biar-Busot-El Campello (barranç de Aigües) quedarían reservadas a Castilla.
Este nuevo pacto se origina en el constante incumplimiento por ambas partes de los anteriores tratados, el Tratado de Tudilén (1151) y el Tratado de Cazorla (1179); concretamente la cláusula que ambas partes vulneran es la siguiente: Que ninguno de los dos quite o disminuya al otro algo de la parte a cada uno asignada, ni de otro modo uno de los dos maquine astutamente algún obstáculo contra la ya dicha división; cláusula con la que reforzaban los acuerdos.
Jaime I vulnera esta cláusula al conquistar Villena en 1240 y, con ella, los sitios de Caudete y Sax, que, al estar al otro lado del puerto de Biar, correspondían a Castilla; y el infante D. Alfonso también lo hizo al pretender Játiva en 1244, que correspondía a la Corona de Aragón buscando forzar así un nuevo pacto donde se respetaran las fronteras pactadas en el Tratado de Cazorla.