Triple Entente

Alianzas militares europeas en 1914. Los aliados de la Triple Entente en verde y las Potencias Centrales de la Triple Alianza en marrón.

La Triple Entente (o «Triple Inteligencia»)[1]​ fue un pacto firmado en 1910, conformado por la alianza franco-rusa, la Entente Cordiale franco-británica de 1904 y el acuerdo ruso-británico de 1907.[2]​ La República francesa se comprometió a entrar en guerra contra el Imperio alemán si atacaba al Imperio ruso, y, por el otro lado, el Reino Unido solo se comprometió a prestar apoyo diplomático.[2]

Eric J. Hobsbawm, en su libro Historia del siglo XX, la define de esta manera: triple entente, constituida por Francia, Reino Unido y el Imperio ruso.[3]​ El Reino de Serbia y Bélgica se incorporaron a la triple entente inmediatamente como consecuencia del ataque austriaco contra Serbia (que, de hecho, desencadenó el inicio de las hostilidades) y el ataque de Alemania contra Bélgica.[3]

La nueva potencia mundial, Alemania, gobernada por Guillermo II de Alemania, en 1890 consiguió que no más de tres potencias que tenían importantes diferencias entre sí, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y el Imperio ruso, se aproximaran y terminaran por coaligarse como la Aliada Mayor Nacionalista para hacer frente a la Triple Alianza del Imperio alemán, Imperio austrohúngaro y el Reino de Italia.

En 1907, aún no hay una alianza en sentido estricto. Los británicos, en especial, trataron de mantenerse libres de obligaciones. Sin embargo, las sucesivas crisis que fueron jalonando el camino hacia la I Guerra mundial fueron haciendo cada vez más sólida la Entente.[4]

La crisis definitiva del verano de 1914 demostró el funcionamiento de la alianza al terminar implicando en el conflicto a las tres potencias signatarias.

  1. Conde de Romanones, fecha=19 de agosto de 1907. El Diario Universal [título=Neutralidades que matan título=Neutralidades que matan] |url= incorrecta (ayuda) |url= sin título (ayuda). Consultado el ubicación=Madrid. «España, pues, aunque se proclame otra cosa desde la Gaceta, está, por fatalidades económicas y geográficas, dentro de la órbita de atracción de la Triple Inteligencia. [...] Es necesario que tengamos el valor de hacer saber Inglaterra y a Francia que con ellas estamos, que consideramos su triunfo como nuestro y su vencimiento como propio; entonces España, si el resultado de la contienda es favorable para la Triple Inteligencia, podrá afianzar su posición en Europa, podrá obtener ventajas positivas.» 
  2. a b «Diccionario de Historia». Larousse. Sant Salvador: SPES EDITORIAL. 2003. p. 100. ISBN 8483323877. 
  3. a b Hobsbawm, Eric J. (2000). Historia del siglo XX, 1914-1991 (Jordi Ainaud, trad.). Grupo Planeta (GBS). p. 30. ISBN 8484320421. «Comenzó como una guerra esencialmente europea entre la Triple Alianza, constituida por Francia, Reino Unido y el Imperio ruso, y los llamados «Imperios Centrales» (Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro). El Reino de Serbia y Bélgica se incorporaron inmediatamente al conflicto como consecuencia del ataque austriaco contra la primera y del ataque alemán contra la segunda (que era parte de la estrategia de guerra alemana). El Imperio otomano y el Reino de Bulgaria se alinearon poco después junto a las potencias centrales, mientras que en el otro bando la Triple Alianza dejó paso gradualmente a una gran coalición. Se compró la participación del Reino de Italia y también tomaron parte en el conflicto Reino de Grecia, Reino de Rumanía y, en menor medida, Portugal. Como cabía esperar, el Imperio de Japón intervino casi de forma inmediata para ocupar posiciones alemanas en el Extremo Oriente y el Pacífico occidental, pero limitó sus actividades a esa región. Los Estados Unidos entraron en la guerra en 1917 y su intervención iba a resultar decisiva.» 
  4. «Causas de la I Guerra Mundial». Archivado desde el original el 11 de agosto de 2017. Consultado el 11 de agosto de 2017.