La villa romana (en latínvilla, plural villæ -"casa de campo, granja"-, vocablo relacionado con vicus -"pueblo, grupo de casas"-, ambos derivados de la raíz indoeuropeaweik sla -"clan"-)[2] originalmente era una vivienda rural cuyas edificaciones formaban el centro de una propiedad agraria en la Roma Antigua. Se convirtieron en grandes residencias aristocráticas[3] que combinaban funciones residenciales y productivas. Desde el punto de vista arquitectónico y artístico constituyen una de las modalidades más notables de edificación romana. Las villas romanas han adquirido una connotación simbólica en los estudios modernos, reflejo del simbolismo que las villas tenían en la mentalidad romana y con el que aparecen la literatura antigua.[4]