El vino de Bolivia cuenta con una larga tradición centenaria que data desde principios del siglo XVI.[1] El vino boliviano es único en el mundo, ya que la uva es cultivada entre los 1.700 y 2.400 metros sobre el nivel del mar,[1] lo cual permite que esta gane riqueza aromática debido a una exposición más intensa a los rayos ultravioletas que en otras regiones del planeta. Esta característica hace que los vinos producidos en Bolivia sean distintos y tengan identidad propia.
La industria de uvas, vino y singani en Bolivia mueve más de 140 millones de dólares al año, que representan un aporte del 0,5% al producto interno bruto (PIB) del país.[2] Además esta industria genera más de 5.000 fuentes de empleo directo e indirecto a nivel nacional con 4.200 familias que viven de este rubro.[3]
Desde su instauración en 2016, el Día Nacional del Vino y el Singani se celebra en el país cada último viernes de febrero.[4]